jueves, 5 de julio de 2018

Nota final: Quítate la máscara


Pobres Emocionales termina aquíQuítate la máscara lo resume un poco todo. Quítate la máscara y deja ver tu propio yo, viviendo para ti según tus propios criterios, en lugar de vivir para los demás según sus normas. Quítate la máscara para mirar dentro de ti, en lugar de  mirar a través de los intereses de otros. Quítate la máscara para dejar de valorar lo que en realidad valoran otros, para realizar un ejercicio de humildad y honestidad interna, para vivir sin imposiciones sociales casi siempre inconscientes y desafortunadas. Quítate la máscara para perder el miedo a defraudar a los demás y asegurarte de que no te defraudas a ti mismo.

jueves, 7 de junio de 2018

Mini 20: Vivir con la injusticia


“Apenas quedaban unos segundos para la conclusión del encuentro de fútbol con tablas momentáneas en el marcador. Era una final. Así la había preparado Enrique desde hacía más de quince días. Sus padres, sus abuelos, tíos y primos se hacían notar desde la grada con sus gritos y aliento de ánimo. Kike, como lo llamaban cariñosamente sus compañeros, era defensa derecho, pero un cambio magistral de banda le permitió adelantar su posición sin prácticamente oposición.

jueves, 31 de mayo de 2018

Mini 19. Mismas acciones, mismos resultados.


“Juanito Silbato, viudo y natural de Entrepinares de la Sierra, en Guadalajara, acababa de cumplir ochenta y cinco años, aunque él hacía algún tiempo que había perdido la cuenta, y hasta se había olvidado del día de su cumpleaños. Aquel martes de Primavera, como cada tarde, empuñó su bastón, se colocó la boina que le había regalado su nieta y salió a pasear por el camino que llevaba hasta el pueblo. Al sobrepasar la finca de su vecino Eleuterio, se paró a saludar y también a descansar. La conversación transcurrió sin prisa, más o menos como de costumbre, aunque la enfatizaban como si fuera realmente novedosa.

jueves, 24 de mayo de 2018

Mini 18. Vive el momento presente.


“Un gorrión sobrevuela con desparpajo las principales arterias de Madrid. Apenas amanecido, el cielo está azul y promete un agradable día de primavera. Sin embargo, el gorrión sigue enfrascado en su discurso interno, ése que le atormenta desde que se soltó a volar. Y es que, el ruido de la gran ciudad y la contaminación de los coches y las calefacciones provocan en él una desafección por la vida.

jueves, 17 de mayo de 2018

Mini 17: Controla tus pensamientos catastrofistas.

“Últimamente tengo miedo a volar. Cuando cumplí quince años mi madre me llevó a Japón. Fue un viaje de chicas al que mi padre, siempre ocupado en los quehaceres de su empresa, no nos acompañó. Aquel fue mi primer vuelo. Nunca después volví a vivir unas turbulencias como aquellas, pero al ser las primeras, las tomé como algo normal. Ahora, apenas se mueve la cabina, cambia el ruido de los motores o simplemente se enciende la megafonía para que la tripulación hable con el pasaje, el surco del miedo recorre cada milímetro de mi cuerpo, siempre en tensión, en previsión de una catástrofe que nunca llega a ocurrir, pero que deja mi cuerpo con secuelas similares. Hubo tormenta para abandonar el aeropuerto de Dublín, el avión se meneaba más de lo normal, mientras las ventanillas se empañaban de gotas de lluvia, que se estampaban como filos de cuchillas por efecto de la velocidad. Yo intentaba distraerme atenazada en mi butaca. El cuello tenso, las manos sudorosas fuertemente agarradas a los reposabrazos y los pies presionados contra el suelo como si quisiera romperlo. Para distraerme, pensaba, a duras penas, en los maravillosos cinco días que había vivido junto a Ernesto.

jueves, 10 de mayo de 2018

Mini 16: Adáptate rápido al cambio.


“Una fina lluvia sorprendió a Vespertino López mientras esperaba un autobús verde, de línea regular, que lo llevaría al trabajo el último lunes de aquel mes marzo particularmente lluvioso. Apenas entró por la puerta ligeramente calado a pesar de su gabardina color beige y sus botas de goma que no apeaba hasta bien entrada la primavera, su jefe, don Constantino Montalvo, un hombre de unos cincuenta años que seguía fumando Habanos en su puesto de trabajo porque pare eso era el dueño, comenzó a gritarle. Y es que, el hombre que era capaz de vociferar con un puro en la boca, estaba harto, muy harto, del numerito de “la hora” cada año. Lo cierto es que el bueno de Vespertino odiaba el horario de verano y, por su cuenta, cada año decidía no cambiar la hora. Como consecuencia, al lunes siguiente, siempre llegaba una hora tarde al trabajo.

jueves, 3 de mayo de 2018

Mini 15. Aceptar emociones negativas.

“El viento recorrió la avenida de la estación con descaro, augurando la llegada inminente del otoño. Despojado del más mínimo sentido de la empatía, arrolló con furia a los únicos viandantes que la recorrían a última hora de la tarde, un padre, una madre y su hija. Caminaban despacio, cabizbajos y sin apenas intercambiar palabra alguna. El padre portaba una gran maleta. Llegados a la estación, subieron los tres al vagón número quince. Ubicaron la maleta en el lugar dispuesto para ello y se aseguraron de que a su hija no le faltase de nada en la butaca que tenía asignada, la 3B.

jueves, 26 de abril de 2018

Mini 14. Tú no necesitas tener razón.


Adolfo Tocateja había formado una considerable cola en el Banco Marítimo del Cantábrico la mañana de sábado que fue a reclamar una comisión a su entender mal aplicada, por la custodia de unos valores heredados de la tía Angustias, que había fallecido en su pueblo natal, en Huesca, apenas unos meses atrás. En realidad, el operario de caja, un hombre entrado en años que miraba a sus clientes por encima de sus gafas redondeadas ligeramente caídas sobre su afilada nariz, había reconocido el error desde el primer momento, reintegrando al instante el importe. Pero el bueno de Adolfo, no había quedado satisfecho con la explicación y seguía platicando y platicando la injusticias de los grandes sobre los pequeños, especialmente cuando los grandes eran bancos. Tal era el revuelo, que hasta el joven director de la sucursal, que ni siquiera los sábados abandonaba su traje, ofreció sus disculpas personalmente, algo que aún enfureció más a Adolfo. La discusión se alargó algo más de veinte minutos, cuando con exquisita educación y personal de seguridad por medio, invitaron a Adolfo a abandonar la oficina.

jueves, 19 de abril de 2018

Mini 13. Sé honesto con tus prioridades de vida.


Mamá me ha dejado sentada en mi hamaquita, en el centro del salón, sobre la alfombra de pelo alto y de innumerables colores que tanto me gusta. Me esfuerzo por alcanzarla pero el arnés de seguridad me lo impide. Desisto pronto y reparo en la entrada de luz por la ventana, preludio de los primeros rayos de Sol de la mañana que debe de estar a punto de aparecer. Mamá pasa una y otra vez por delante de mí a la velocidad del rayo. Se afana en sus quehaceres diarios, una y otra vez repetidos día tras día. La oigo resoplar en silencio aunque dudo que sea consciente de su propio fastidio. A veces se detiene y gira ligeramente su cabeza para sonreírme y otras, las más, atraviesa fugazmente mi campo de visión, sin ni siquiera advertir los pucheritos que una y otra vez repito para llamar su atención. Me entretengo con un sonajero que cuelga por encima de mi cabeza. Lo golpeo uno y otra vez y sus ruidos melódicos me distraen mientras espero a que mamá se siente junto a mí.

jueves, 12 de abril de 2018

Mini 12. Bye, bye, seguridad


Gervasio Tocafuente llevaba toda una vida trabajando como administrativo en una compañía de la industria láctea. Su jefe, don Dionisio, había estrenado y avanzado el siglo XXI con un estilo rancio de gerencia más propio de mediados del siglo pasado, donde la relación se basaba en el ordeno y mando. Desde que Gervasio tiene uso de razón, nunca había visto a don Dionisio acudir al trabajo sin uno de aquellos trajes, oscuros en invierno y claros a partir del mes mayo. Aún hoy en día el aroma de los puros se deslizaba bajo la puerta de su despacho y Gervasio lo imaginaba aspirando uno de aquellos habanos mientras lo rodeaba con su mano, sus dedos y el anillo a modo de sello con sus iniciales grabadas.

jueves, 5 de abril de 2018

Mini 11. Cultiva el optimismo o al menos imítalo.

Silvia comenzó a descender por la calle Princesa hecha un ovillo en sí misma. Cabizbaja, triste y lejana, abrazaba su carpeta de universitaria con la mirada perdida en el suelo, ensimismada en sus propios pensamientos. Y es que aquel día, el día en el que le comunicaron que había aprobado la última asignatura de su carrera de Derecho, comenzaba el fin del fin. ¿Qué iba a hacer ahora ella? Si nunca se había creído hábil para conseguir clientes y, tampoco era una estudiante brillante. Cada vez que veía esas series de abogados en la televisión, envidiaba el talante seguro y resolutivo de las protagonistas. Pero ella, ella era otra cosa. Una mala estudiante que había tenido más suerte de lo normal. Pronto, la vida, pondría a todo el mundo en su sitio y, en su caso, la ridiculizaría de manera cruel. Era torpe para los negocios y más aún para la negociación. Eso nadie lo podría cambiar.

jueves, 29 de marzo de 2018

Mini 10. No cambies a los demás, cámbiate a ti mismo y el Mundo cambiará.


Sólo un día después de reencontrarse con su inseparable compañera de piso durante la universidad, Lucía, desde el orejero de su apartamento de alquiler en Londres, pensaba que tal vez no había sido una buena idea haber invitado a Verónica a pasar una temporada.
Sí, era cierto que Verónica conservaba aún después de los años la chispa contagiosa de la juventud. Y no es menos cierto que la noche anterior habían disfrutado de lo lindo, se habían reído, habían bailado y hasta se habían emborrachado. Verónica tenía la capacidad de rebuscar en lo hondo de su alma hasta destapar los sentimientos más escondidos y, en general, felices. Daba igual el tiempo que hubiera pasado, Verónica se las arreglaba con infinita naturalidad para esculpir cada momento en su compañía como una obra de arte.

jueves, 22 de marzo de 2018

Mini 9. Aún no sabes que eres un virtuoso.


Apenas recién estrenadas las vacaciones de Navidad, Esther entró en su cuarto con semblante triste, cabizbajo, huidizo y ausente. Conectó sus auriculares en un intento de fugarse de todo. Definitivamente, las matemáticas no eran lo suyo y, más allá de estar preocupada por ello, estaba afligida por la reacción de su padre que, por un extraño motivo del mundo de los adultos que no alcanzaba a comprender, quería que fuese excepcional en todas las asignaturas, como si los adultos fuesen brillantes en todas y cada una de las tareas que emprenden.

jueves, 8 de marzo de 2018

Mini 8. Tú no eres tus logros


Fragmento

“El todoterreno ruge por la rampa de salida del garaje de una urbanización de adosados a las afueras de Madrid, de esas en las que el obsceno precio de la comunidad podría ser suficiente para alquilar un apartamento en la Plaza de España. Juan conduce ensimismado pensando en si será hoy por fin el día en el que le comuniquen su ascenso. Su hijo irrumpe en sus pensamientos con esas cosas importantes que Juan no sabe que son importantes. Papá, ¿esta tarde me entrenarás, verdad?. Su padre, aún absorto en sus pensamientos, debatía si debía de incorporar al Linkedin el cargo de Global Marketing Manager o simplemente Marketing Manager EMEA. Su hijo, que como el Principito, nunca renunciaba a una pregunta una vez la hubiese formulado, insistió, lo que desató la irascibilidad de Juan, que con furia sentenció que no, que tenía muchas cosas que hacer y que no sabía cómo podía ser tan egoísta, conocedor que su padre se pasaba largas jornadas trabajando para sacar adelante a su familia. Pero Papá, me lo prometiste dijo, como si las promesas de los adultos fuesen verdaderos compromiso. Papá prometiste dejarme los guantes que usaste en la final y entrenarme para ser tan buen portero como tú. Juan no dijo nada más, simplemente le abrió la puerta al llegar al colegio. 

jueves, 1 de marzo de 2018

Mini Especial: ¿Y si el galáctico era Quini?



Me enteré por la prensa, a raíz de la noticia de su muerte, que “El Brujo” vivió y falleció en el mismo barrio en el que estas semanas está emergiendo Método y Emoción. Un barrio legendario, humilde, sencillo, solidario y con carácter, que transmite un poco los valores del amigo de todos que el pasado martes se nos fue. Quini era el Sporting y Quini era Gijón, pero en mi opinión, también el espejo donde cualquier deportista y cualquier persona de bien debe aspirar a mirarse.

jueves, 22 de febrero de 2018

Mini 7. Afronta el miedo

Introducción
Dobló la calle Goya con la expresión desencajada, tensa y ausente, como venida de otro mundo, o como si estuviese a punto de abandonarlo. Llevaba a los gemelos, cogidos bien fuerte, uno en cada mano, queriendo sujetarlos a la estaca de la seguridad, del control absoluto. Gritó “cuidado” al pararse en el semáforo en rojo, a pesar de que los niños continuaban dócilmente a su lado y en tercera fila para disponerse a cruzar. Cuando alcanzaron el parque los soltó, a regañadientes, y permaneció sentado, emitiendo sonidos de precaución mudos y levantándose de manera compulsiva cada vez que temía por la seguridad de los pequeños, es decir, cuando estaban en lo alto del tobogán, cuando pasaban por detrás de un columpio o cuando el balancín subía y bajaba cumpliendo el plan para el que había sido diseñado. De siempre, al menos desde que tiene recuerdo, su vida fue así, un flujo de preocupaciones cambiantes y constante.

jueves, 15 de febrero de 2018

Mini 6: Pon fin al apego


Introducción
“Llegó tan pronto para coser los retales de su vida, que tuvo que hacer tiempo en una cafetería rancia de la Gran Vía, pasada de moda, con taburetes color burdeos en la barra y neones en la entrada. Pidió un café grande, en taza de desayuno, a un camarero que sólo peinaba pelo blanco a la altura de la nuca y que vestía tradicional, con un pantalón negro y una camisa tristemente manchada de grasa. El hombre, flaco y encorvado, sin apenas energía y marchitado por el paso de tiempo, parecía que siempre había estado allí. Apenas cruzó palabra. Ella pasó al baño. Ya eran las nueve y media de la mañana pero no había clientes, por lo que el servicio aún olía a desinfectante. Se miró en el espejo y reparó en los surcos que la edad había dibujado en su rostro y en los que el maquillaje había naufragado literalmente en su desafío por disimularlos.

jueves, 8 de febrero de 2018

Mini 5. Apoya tu vida sobre varios pilares

Fragmento

“Juan abrió la puerta de su apartamento de la planta número quince, en pleno corazón financiero de Madrid. A pesar de que Sol de mediodía iluminaba el cielo azul de la capital, su casa y su vida estaban en penumbra, entre tinieblas. Aquel 12 de Mayo, el día en que lo despidieron a sus cincuenta y cinco años porque algo había que hacer para cambiar las tendencia de las ventas, no fue distinto. Muy despacio, todavía incrédulo con la noticia y con la vida que le había jugado aquella mala pasada, se sentó en el sofá de diseño beige y se quedó así, inmóvil el resto de la mañana, la tarde, la noche y quién sabe si el resto de sus días. Allí sentado, se sorprendió con el recuerdo de su mujer. Le invadió un sensación de nostalgia, de vacío, de soledad y hasta de amargura que no experimentaba desde hacía mucho tiempo, ni siquiera diez años atrás, cuando ella le notificó la petición de divorcio por escrito, y lo abandonó cansada de cansarse de esperarlo. 

jueves, 1 de febrero de 2018

Mini 4. Evita el perfeccionismo.

Fragmento 
“Me llamo Lorena. Soy pintora. Ésa es mi única extravagancia. Por las mañanas vendo juguetes en la sexta planta de El Corte inglés de Goya para pagar los recibos. Crecí en una ciudad pequeña, en el Norte. Al salir del colegio comía gusanitos en el parque y daba pan duro a los patos del estanque. Después, me sentaba frente al televisor a ver Barrio Sésamo con un bocadillo de Nocilla hasta que Casimiro me echaba a la cama. Los domingos me ponía medias y braguitas de perlé para ir a misa con mi padre a cambio de un kas de limón y croquetas de jamón en la terraza del bar de la plaza mayor.

jueves, 25 de enero de 2018

Mini 3. Responsabilízate. Escribe el guión de tu propia vida.



Fragmento

“Martín. Septiembre 1991.
Manu es bastante persuasivo. Evitar salir a tomar unas copas la noche del domingo en el que Lorena me abandonó, era poco menos que imposible. Miré el reloj cuando salíamos del metro de Callao. Faltaban unos minutos para las once de la noche del día más triste del mundo. Seguía vivo, eso sí, sin ningún daño físico o enfermedad aparente. No había sufrido ningún accidente, ninguna catástrofe natural u otra desgracia. No me había dado un ictus, ni un edema. No presentaba síntomas de intoxicación, ni envenenamiento. No había sido víctima de una paliza, ni de un asalto con violencia. No presentaba cortes, ni hemorragias, ni síntomas malignos de ningún tipo. Pero aun así, la vida era una mierda.

jueves, 18 de enero de 2018

Mini 2. La felicidad depende de uno mismo.

Fragmento

“Lorena Septiembre 2.010.
Tábata es como solía llamarme Martín. Recuerdo que allí, como dos pasmarotes sentados bajo el techo de una marquesina le miré, con compasión, pero en realidad no era únicamente compasión por él. Era compasión por ambos. El estómago se me hizo un nudo un instante antes de que mis ojos se encharcasen, de rabia, de tristeza, de resignación. Él levantó tímidamente la mirada hacia mí, para bajarla inmediatamente cuando yo le correspondí. Al fin alcancé a vocalizar algunas palabras.

martes, 9 de enero de 2018

Mini 1. Aceptar la realidad. “Haz el amor y no la guerra con tu realidad.”

Fragmento emocional
“Martín. Septiembre 2010.
Creo que nunca fui feliz. Quizá antes de conocerla a ella, puede ser, quién sabe, pero al menos yo no lo recuerdo. Mi vida es una pesada mochila que arrastra sus recuerdos. Los tristes, crueles; los felices, aún más. La conocí sólo unos meses, de Septiembre a Diciembre de un año en el que era bastante más joven. Las mañanas son peores que las tardes. Las tardes son peores que las noches. La Primavera es peor que el resto de las estaciones. Lecciones aprendidas, tristeza acumulada, episodios de la misma novela. Tanto de lo mismo que lo distinto sería extraño, inquietante, poco fiable, un espejismo, una farsa, una ilusión. Sería simplemente mentira. Yo vivo así y esta es mi vida.
Me llamo Martín. Martín “el loco”. Perdí el juicio por amor, pero de eso hace ya algunos años. Luego vino la depresión, o tal vez fue antes, o quizá todo ocurrió a la vez.

Prefacio: Pobres emocionales

En el gran teatro de la vida, a menudo escondemos tras una máscara la vergüenza de ser humanos y sentir. Actuamos como si nunca nos abordase el miedo, la frustración o la ansiedad. Nos escondemos de los demás y de nosotros mismos. Evitamos brillar si no es aceptado. Obviamos desarrollar nuestras virtudes naturales si esto nos obliga a navegar a contracorriente. Engaños en masa, ficción colectiva, deleite de la demencia humana para ocultar y representar, cuando no presumir, justamente aquello que anhelamos.