jueves, 5 de abril de 2018

Mini 11. Cultiva el optimismo o al menos imítalo.

Silvia comenzó a descender por la calle Princesa hecha un ovillo en sí misma. Cabizbaja, triste y lejana, abrazaba su carpeta de universitaria con la mirada perdida en el suelo, ensimismada en sus propios pensamientos. Y es que aquel día, el día en el que le comunicaron que había aprobado la última asignatura de su carrera de Derecho, comenzaba el fin del fin. ¿Qué iba a hacer ahora ella? Si nunca se había creído hábil para conseguir clientes y, tampoco era una estudiante brillante. Cada vez que veía esas series de abogados en la televisión, envidiaba el talante seguro y resolutivo de las protagonistas. Pero ella, ella era otra cosa. Una mala estudiante que había tenido más suerte de lo normal. Pronto, la vida, pondría a todo el mundo en su sitio y, en su caso, la ridiculizaría de manera cruel. Era torpe para los negocios y más aún para la negociación. Eso nadie lo podría cambiar.

Así las cosas, abstraída de todo y de todos, Silvia no pudo apreciar que desde hacía un tiempo, un clown la acompañaba en su camino, sombra de su desesperanza, antídoto contra sus males. El payaso realizaba todo tipo de carantoñas. Primero, arrojó agua por la flor de su solapa para despertar alegría en la joven. Después le ofreció un hermoso ramo de flores frescas que extrajo de su sombrero, pero ni siquiera el exquisito aroma que desprendía y que embargaba a todo aquel que se cruzase en su camino pudo traer a Silvia de la lejana galaxia de la desesperación donde se encontraba desde hacía mucho más tiempo del deseado. Por último, el mimo abrió un paraguas de colores para protegerla de la lluvia, pero Silvia ofuscada en su propia realidad, continuaba mojándose mientras caminaba.

Introducción
Los analfabetos emocionales atraemos el pesimismo como un imán. Creemos que tenemos motivos más que fundados para pensar que las cosas irán mal de manera permanente. Perpetuamos este pensamiento y caemos en la inactividad. Cuando me refiero a que realizamos predicciones catastrofistas sobre el futuro, no me refiero sólo a los grandes aspectos de nuestra vida, amor, trabajo o salud, sino también a las pequeñas cosas como una comida en familia, un partido a nuestro deporte favorito, o la posibilidad de que un imprevisto acontezca en nuestra próxima excursión con los amigos.
Los pobres emocionales creemos, en definitiva, que las dificultades serán perpetuas, asumimos toda la responsabilidad sobre aquello que sale mal (es por mi culpa), nos concentramos en único aspecto de nuestra vida para extender la desgracia a toda ella y nos vemos incapaces de desarrollar una solución que en ocasiones creemos única.
En cambio, los sabios emocionales advierten dificultades futuras, pero confían en que serán pasajeras. Para ello, siempre pasan a la acción y evitan el inmovilismo. Son optimistas porque ellos mismo inician cuantas acciones sean necesarias para solventar el problema. Esto no quiere decir que siempre resuelvan sus problemas, pero sí que al menos han agotado las alternativas activamente para resolverlo. Simplemente cuentan con una mayor probabilidad. Además, las personas optimistas se proponen los retos como un combate de varios asaltos, donde es posible que pierdan las primeras rondas, a todas luces necesarias para aprender, pero no cesan en su empeño hasta que llegan las victorias.
Una de las pautas que podríamos comenzar a aplicar en nuestro día es concentrarnos de manera consciente en lo positivo que nos ha pasado, en lugar de destacar exclusivamente los hechos negativos.
Otra de las pautas ampliamente extendida al ser humano, es imaginar el fracaso ante cualquier riesgo potencial futuro, en lugar de imaginar éxito. Como hemos comentado antes, imaginar éxito no es suficiente, es necesario perseguirlo mediante la acción, pero si el futuro es igual de incierto, tanto mayor probabilidad tendremos de que nos favorezca si imaginamos éxito en lugar de fracaso.

Reflexión
Y tú…¿crees que podemos entrenar el optimismo? ¿eres capaz de encontrar un patrón de comportamiento optimista? ¿qué resultados cosechas cuando te invade el optimismo? ¿y cuando adoptas una actitud pesimista sumiéndote en el inactividad?

Para saber más
Es imposible leer, escuchar o ver a Elsa Punset sin contagiarse de su energía y su positividad. Os recomiendo este pequeño vídeo donde entrevista a Mark Stevenson que ha establecido algo así como los principios del “Optimismo Pragmático”, es decir, los rasgos comunes a todas las personas que destacan por su optimismo natural.

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